- La vegetación de la Sierra de Madrid - Pilar Abia
ESQUEMA
ALTITUDINAL DE LA VEGETACIÓN DE LA SIERRA DE
MADRID
En las montañas, al ascender en
altitud, se produce un aumento de la precipitación y una disminución de la
temperatura (aproximadamente 0,65 ºC por cada 100 m. de incremento de altitud).
Esta variación de temperatura y
precipitación en función de la altitud determina la distribución de la vegetación
en las montañas en una sucesión de franjas o pisos de vegetación.
T – Temperatura media anual en grados centígrados
P –
Precipitación media anual en milímetros (obtenida a lo largo de una serie de
años de observaciones).
PISOS BIOCLIMÁTICOS DE LA SIERRA DE MADRID
Los rangos climáticos de temperatura y precipitación que
determinan los pisos de vegetación se denominan “pisos bioclimáticos”.
De acuerdo con los pisos bioclimáticos que hemos definido más arriba, veremos a continuación algunas de las formaciones vegetales más destacadas de la sierra madrileña.
PISO SUPRAMEDITERRÁNEO
· Encinares
· Jarales
· Melojares
· Hayedos
· Abedulares
· Fresnedas
· Rosaledas y zarzales
· Saucedas
· Alisedas
· Olmedas
PISO OROMEDITERRÁNEO
· Pinares
· Piornales
· Cervunales
PISO CRIOROMEDITERRÁNEO
· Céspedes crioromediterráneos
PISO
SUPRAMEDITERRÁNEO
ENCINARES
Los encinares de Quercus rotundifolia ocupan una amplia franja central, de Este a
Oeste, en la provincia de Madrid. Hacia el Norte, al subir en altitud en la
Sierra, se ponen en contacto con los bosques de roble melojo.
Son
un ejemplo típico del bosque esclerófilo mediterráneo. Los que encontramos en
la Sierra están acompañados de abundantes enebros y ofrecen todo el año un
aspecto bastante uniforme, ya que encinas y enebros son árboles perennifolios.
En el área de extensión de estos encinares
encontramos también la retama de escobas o escoba negra (Cytisus scoparius) y zonas de matorral abierto formado por jaras (Cistus ladanifer), romero (Rosmarinus officinalis) y cantueso (Lavandula stoechas).
En
la Sierra muchos encinares están adehesados. La dehesa es un notable ejemplo de
equilibrio ecológico entre medio natural y aprovechamiento forestal, ganadero y
agrícola
La encina (Quercus ilex sp. rotundifolia)
es un árbol perennifolio que puede alcanzar hasta 25 m. de altura. En
Madrid no alcanzan esta altura pues los ejemplares que hay no son lo
suficientemente viejos (llegan a vivir hasta 700 años).
Es muy frecuente encontrar masas de
ejemplares jóvenes (carrascas) con porte arbustivo y muy ramificado desde la
base, según se van convirtiendo en árbol se van quedando con un solo tronco de
corteza negruzca y dura. La copa es amplia y densa.
Las hojas son perennes, duran en el árbol 3-4 años, cada otoño cae un
20-30% de ellas y en primavera salen otras nuevas. Son simples, ovaladas, de
color verde oscuro por el haz, blanquecinas por el envés y recubiertas de
pelillos que le dan un aspecto afieltrado. Las hojas jóvenes tienen el borde
espinoso.
Las flores femeninas son de pequeño tamaño, las masculinas se agrupan
en amentos colgantes. Suele haber árboles con dominancia de unas o de otras. En
ambos casos son flores aclamídeas, no tienen ni cáliz ni corola (flores sin
perianto).
El
fruto es la bellota, que va
recubierta de una cúpula de escamas. Las encinas alcanzan la madurez a los
10-15 años, que es cuando fructifican.
Hemos
comentado que en los encinares de la Sierra aparecen abundantes enebros,
veremos a continuación algunas de sus características.
El enebro (Juniperus oxycedrus) es
una conífera que de joven presenta ramificaciones desde la base y, con el
tiempo, va adquiriendo un porte arbóreo con la copa más redondeada. Los
ejemplares que hay en la Sierra alcanzan como mucho los 5-6 m., aunque puede
llegar hasta los 20 m.
Las
hojas son perennes, aciculares,
cortas y de sección triangular. El haz tiene 2 bandas blancas longitudinales de
estomas que hacen el árbol inconfundible.
No tiene
propiamente flores, los órganos masculinos y femeninos forman conos.
Los masculinos son conos o piñitas amarillentas que contienen los sacos de
polen; los órganos femeninos son conos globulares (gálbulos) verdosos, formados
por 3 escamas soldadas, se transforman en el fruto (arcéstida), de consistencia
carnosa y color rojizo.
JARALES PRINGOSOS
El
jaral es un matorral típicamente mediterráneo en el que dominan la jara pringosa (Cistus ladanifer) y el romero (Rosmarinus officinalis).
El
jaral es pobre en flora, pues en general los matorrales silicícolas son más
pobres en flora que los calcícolas.
Suelen
acompañar a las jaras el cantueso (Lavandula
stoechas) y el tomillo blanco (Thymus
masticina). También pueden aparecer enebros, torvisco, carrascas. Cuando
está bien desarrollado, el jaral es un matorral denso y difícil de transitar.
Los
jarales resisten bien el fuego, son comunidades que arden con facilidad al
estar las hojas recubiertas de ládano. Las semillas no pierden su capacidad de
germinar y lo hacen bien tras los incendios, cuando el terrero queda despejado
y soleado. Esto da lugar a un círculo vicioso que impide la regeneración del
bosque.
La
jara es una planta de porte arbustivo, con numerosos tallos negruzcos y
tortuosos.
Las
hojas son perennes, simples, de
color verde oscuro, coriáceas y lanceoladas, con el envés blanquecino por estar
recubierto de pelos.
Las
flores son hermafroditas, poseen
tanto órganos masculinos (estambres) como femeninos (pistilo), muy vistosas, de
5-10 mm. de diámetro y con el centro cuajado de estambres amarillos. En algunos
ejemplares los pétalos, de color blanco, tienen una mancha rojiza en la base
(variedad maculata). La floración es muy espectacular y comienza a mediados de
abril. El fruto es una cápsula
dehiscente que se abre en valvas para dejar salir las semillas.
MELOJARES
Los bosques de melojo (Quercus pyrenaica)
de la Sierra de Guadarrama se encuentran entre el piso del bosque esclerófilo
mediterráneo (encinares) y el bosque aciculifolio de la alta montaña
mediterránea (pinares). Destacan, entre otros, los melojares de los puertos de
Canencia y la Morcuera.
En las zonas de melojar también hay
pinares cultivados de pino albar o silvestre (Pinus sylvestris) con sotobosque de helechos y zarzamoras.
En
el piso del melojar llueve unos 100 l. en los meses de junio, julio y agosto,
lo que le permite pasar el verano relativamente bien. Se trata de lluvias
veraniegas de tipo tormentoso. Hacia el Este, hacia Somosierra y la Sierra de
Ayllón (poblaciones de La Hiruela y Montejo de la Sierra) la precipitación en
verano es algo más abundante y encontramos también brezos y hayas.
La
explotación ganadera es importante en las zonas de melojar, hay ganado vacuno y
caballar que pasta libremente por los melojares adehesados. Dominan los prados
de diente, mientras que los de siega se encuentran preferentemente en las
fresnedas.
El
melojo es un tipo de roble. “Roble” es la denominación genérica de las especies
caducifolias o marcescentes del género Quercus.
Destaca
su sistema radical estolonífero, que se extiende a poca profundidad y del que
rebrotan nuevos árboles. Forma un entramado denso de ramas y troncos tortuosos
de escasa talla con gran capacidad colonizadora.
Una
característica muy importante del melojo es su carácter marcescente, en otoño
las hojas se secan y amarillean, pero la mayor parte de ellas permanece
prendida de las ramas del árbol y no se cae hasta la primavera, cuando empiezan
a brotar las hojitas nuevas.
El melojo puede alcanzar los 20 m. de
altura, pero lo más normal en la Sierra es encontrar ejemplares de entre 6-8 m.
La copa es ancha y densa.
Las hojas son marcescentes, simples y con lóbulos profundos e
irregulares. Por el envés tienen una densa borra blanca formada por pelillos
que les sirven para reducir la transpiración en el verano, que es cálido y
relativamente seco.
Las
flores son aclamídeas, no tienen ni
cáliz ni corola (flores sin perianto). Las masculinas se presentan en amentos
colgantes, las femeninas son inconspicuas y se transforman en el fruto, que es una bellota protegida en
su base por una cúpula con escamas no punzantes.
En el melojar también aparecen otros
árboles como el serbal de cazadores (Sorbus
aucuparia), el cerezo silvestre (Prunus
avium), el acebo (Ilex aquifolium)
y el abedul (Betula celtiberica). En
cuanto a arbustos, encontramos el majuelo (Crataegus
monogyna), la retama o escoba negra (Cytisus
scoparius), zarzamoras (Rubus
ulmifolius), Genista florida,
etc. En zonas donde el bosque se ha aclarado aparecen brezales con brezo
blanco.
Por lo que se refiere a plantas
herbáceas, domina el helecho de águila (Pteridium
aquilinum), que cubre densamente el suelo, principalmente en zonas donde el
bosque es más abierto, ya que necesita bastante luz para desarrollarse. Además,
el fuego no afecta a sus rizomas subterráneos, por lo que después de los
incendios sigue prosperando. También hay diferentes gramíneas de los géneros Poa y Festuca, entre otros.
HAYEDOS
En
el término municipal de Montejo de la Sierra, en Somosierra, tenemos un
importante hayedo que es uno de los más meridionales de Europa (los más
meridionales están en Sicilia). El haya es un árbol que necesita humedad
ambiental, más que humedad edáfica, por ello no penetra en la región
mediterránea siguiendo el curso de los ríos.
Los
hayedos son una formación muy densa, cuando las hojas alcanzan el máximo
desarrollo interceptan hasta el 90% de la luz, por esto a principios de
primavera se desarrollan numerosas herbáceas heliófilas que florecen antes de
que el hayedo cierre su follaje (prímulas, fresas silvestres, etc.)
Cuando
el hayedo desaparece por degradación, su espacio lo ocupa el melojar, más
xerófilo y termófilo.
El
haya no empieza a dar fruto hasta los 20-25 años, el melojo se reproduce
activamente por estolones, por lo que le es más fácil ganar terreno.
El
haya (Fagus sylvatica) es un
árbol que en condiciones óptimas puede alcanzar hasta 35 m. de altura, pero en
la Sierra no llegan a tanto pues se encuentran alejadas de las condiciones
ecológicas óptimas.
Son
árboles con una copa amplia y densa. El troco es bastante liso y de color gris
plateado.
Las
hojas son caducas, simples, enteras,
aunque con los bordes algo sinuosos y con pelos sedosos, nacen plegadas y según
van creciendo se van desenrollando.
Las
flores masculinas se agrupan en
amentos globosos que cuelgan de un pedúnculo largo. Las flores femeninas son
inconspicuas, poco visibles. Ambas son aclamídeas, no tienen ni cáliz ni corola
(flores sin perianto).
El
fruto es el hayuco. Suelen aparecer
de dos en dos, encerrados en una cápsula coriácea cubierta de espinas que se
abre en cuatro valvas para dejarlos salir.
Acompañando
a las hayas encontramos otros árboles como acebos (Ilex aquifolium), tejos (Taxus
baccata), abedules (Betula
celtibérica), olmos (Ulmus minor),
serbales (Sorbus aucuparia).
Entre
los matorrales de sustitución destacan los brezales.
ABEDULARES
El abedular aparece intercalado entre
el melojar en zonas donde, por circunstancias locales, hay una mayor
precipitación y humedad edáfica y ambiental. En Madrid aparece preferentemente
en exposiciones Norte y Noroeste.
Los
abedules (Betula celtiberica) que
encontramos en la Sierra son arbolitos de 5-6 m. de altura.
El
tronco es de corteza blanquecina; la copa es abierta, con poco follaje y ramas
jóvenes colgantes.
Las hojas son caducas, simples, de borde
aserrado.
Las
flores, tanto las masculinas como
las femeninas, se agrupan en amentos. Son aclamídeas, no tienen ni cáliz ni
corola (flores sin perianto).
El fruto
es una nuececilla alada, para facilitar su transporte por el viento.
En la umbría del puerto de Canencia,
además de abedules, aparecen tejos (Taxus
baccata) y serbales (Sorbus aucuparia).
El fresno
(Fraxinus
angustifolia) forma bosques caducifolios en los que generalmente se
mezclan el fresno y el melojo. Se dan en suelos húmedos y que pueden estar
temporalmente encharcados, en depresiones y fondos de valle.
Los
bosques de fresnos se encuentran generalmente adehesados y se utilizan para
pasto de diente y los árboles se conservan para dar sombra al ganado.
El aspecto del fresno en estado natural
tiene poco que ver con el que se suele observar en las fresnedas de la Sierra.
En estado natural es un árbol de hasta 15 m. de altura, con una copa amplia. Este
porte natural suele estar modificado por el desmoche para el aprovechamiento de
las ramas jóvenes, por lo que suele presentar un tronco grueso y cilíndrico de
2-3 m. de altura, rematado por un muñón redondeado del que salen las ramas
nuevas que se volverán a cortar cuando alcancen el tamaño adecuado.
Las hojas son caducas, compuestas, con número impar de foliolos, de
forma lanceolada y borde dentado.
Las
flores empiezan a salir en febrero,
antes que las hojas, son aclamídeas, no tienen ni cáliz ni corola (flores sin
perianto). Son hermafroditas, poseen tanto órganos masculinos (estambres) como
femeninos (pistilo)
El fruto
es una nuez alada (sámara) con el ala en forma de lengüeta.
En las fresnedas pueden aparecer
también otros árboles, como melojos, arces, olmos. También hay plantas
arbustivas espinosas, como rosales silvestres (Rosa canina), zarzamoras (Rubus
ulmifolius), majuelos (Crataegus
monogyna), etc.
ROSALEDAS Y
Incluyen rosas (Rosa
canina, Rosa corimbifera), zarzamoras
(Rubus ulmifolius) y majuelos (Crataegus monogyna).
Rosaledas
y zarzales se encuentran en bordes de bosques (melojares y fresnedas) y ocupan
áreas donde el bosque se ha degradado. Por sus características de matorral de
orla de bosque los encontramos en bordes de caminos, tapias, lindes de fincas,
etc.
Las rosas
son arbustos de 2-3 m. de altura, ramificados desde la base y con los tallos
recubiertos de aguijones (semejantes a los colmillos o caninos de un perro, de
ahí el nombre de la Rosa canina). Las
hojas son caducas, compuestas, con
5-7 foliolos de borde dentado. Las flores
son hermafroditas, con 3, 5 o 10 pétalos blancos o rosados y numerosos
estambres. El fruto es el
escaramujo, alargado y de color rojo.
Las
zarzamoras tienen tallos con sección
prismática, que crecen arqueados hasta casi tocar el suelo con la punta y están
recubiertos de espinas con forma de uña de gato. Las hojas son caducas, compuestas, con 3-5 foliolos ovalados, anchos,
asimétricos si se doblan por el nervio medio y ligeramente espinosos. Las flores son hermafroditas, con 5 pétalos
blancos o rosados y numerosos estambres. Los frutos son las moras.
SAUCEDAS
En las saucedas supramediterráneas
domina Salix atrocinerea, junto al
que aparece también el helecho de águila (Pteridium
aquilinum). Se dan en las márgenes de arroyos sin pendiente y curso lento y
coinciden con el piso del melojar. Junto al río se da la sauceda y, según nos
alejamos de él, aparece el bosque mixto de fresno y melojo y luego el melojar.
Cuando las saucedas se degradan aparecen zarzales.
Los
sauces (Salix atrocinerea) son
arbolillos y arbustos especializados en colonizar los bordes de los ríos,
forman una primera banda arbustiva a lo largo del cauce.
Las ramas de los sauces son flexibles. Las
hojas son caducas, simples,
lanceoladas y dentadas. Las flores,
tanto las masculinas como las femeninas, se agrupan en amentos y son poco
vistosas, aclamídeas, sin pétalos ni sépalos, no tienen ni cáliz ni corola
(flores sin perianto). El fruto es
una cápsula que se abre en dos valvas y libera las semillas, que tienen un
penacho de pelos largos o vilano para facilitar la dispersión por el viento.
Los sauces tienen un denso sistema radical que fija el suelo, por eso pueden colonizar los bordes de los cauces y fijarlos.
ALISEDAS
En Madrid
aparecen junto a los ríos que no se secan en verano. En su etapa madura la
aliseda es un bosque sombrío que ocupa buena parte del cauce y del borde del
río.
Los alisos (Alnus glutinosa) son árboles de corteza oscura y no suelen
superar los 20 m. de altura.
Las hojas son caducas, simples, anchas y de borde dentado. Tanto las flores femeninas como las masculinas se
agrupan en amentos, colgantes los
masculinos y con forma ovoide los femeninos, que al madurar forman pequeñas
piñas con escamas leñosas en las que se alojan los frutos, que son una nuececilla alada.
Desempeñan un papel importante en la
conservación de las riberas de ríos y lagos.
OLMEDAS
Son bosques caducifolios que se dan en
sotos y riberas, en zonas con suelos húmedos todo el año.
Los olmos (Ulmus minor) pueden tener hasta 15 m. de altura, cuando no se
podan presentan una copa alargada, pero si se podan suelen ser más bajos y con
la copa redondeada.
Las hojas son caducas, simples, con el borde dentado y ásperas al
tacto. En la base son asimétricas, de manera que una mitad es más larga que la
otra.
Las flores aparecen muy pronto, en febrero, antes de que salgan las
hojas (esto suele suceder en plantas en las que la polinización se hace por el
viento, así las hojas no estorban). Son hermafroditas, poseen tanto órganos
masculinos (estambres) como femeninos (pistilo); son poco llamativas, solo
tienen sépalos.
El fruto
es una nuez alada (sámara), el ala que rodea la nuez le sirve para volar y
dispersarse. Los frutos, cuando están recién formados, como tienen el ala
verde, se suelen confundir con hojas.
Además de en las riberas de los ríos,
en los pueblos de la Sierra es frecuente verlos en las plazas, donde hay
ejemplares centenarios rodeados por un banco, pues actuaban como punto de
reunión. En el siglo XVIII, el rey Carlos III dictó ordenanzas para que se colocara
un olmo en las plazas de los pueblos como símbolo de vida.
PISO OROMEDITERRÁNEO
PINARES
En la Sierra de Madrid los pinares
están constituidos por el llamado pino de Valsaín, pino albar o pino silvestre (Pinus sylvestris).
El área de extensión del pino silvestre
es muy amplia, entre los 40º y los 65º Norte.
Los pinares de la Sierra cuentan con
ejemplares de hasta 20 m. de altura, aunque pueden llegar a alcanzar los 40 m.
Son árboles de porte estilizado, pero los que crecen en las zonas más altas y
escarpadas, sometidas a la acción de fuertes vientos, no suelen sobrepasar los
9 m. y crecen con aspecto tortuoso y achaparrado. Hacia la mitad del tronco
presentan unas placas escamosas de color amarillo rojizo, que diferencian a este
árbol del resto de los pinos españoles. Puede vivir hasta 500 años, pero deja
de crecer a los 120. Destaca su valor maderero.
Las hojas son perennes, aciculares y agrupadas de 2 en 2.
No
tiene propiamente flores, los
órganos masculinos y femeninos forman conos. Los conos masculinos producen el polen en los sacos polínicos, los
granos de polen tienen dos vesículas flotadoras que les ayudan a mantenerse en
el aire y caer despacio, con lo que la liberación del polen se asemeja a una
lluvia. Los conos femeninos o piñas están formados por brácteas o escamas
leñosas, cuando son polinizadas dentro de ellas se producen los piñones, que
tienen un ala para facilitar la dispersión por el viento.
Además de los pinos, en el estrato
arbustivo encontramos enebros rastreros (Juniperus
nana) y piornos serranos (Cytisus
purgans). En el estrato herbáceo aparecen cervuno (Nardus stricta) y heno común (Deschampsia
flexuosa), ambas gramíneas cespitosas perennes.
El pinar es, en general, un bosque
abierto y soleado.
Fuera de sus límites naturales el pino
se ha cultivado en el dominio del melojar, donde se da muy bien porque los
suelos son muy fértiles y las condiciones climáticas menos duras, pero a pesar
de ello la regeneración espontánea es deficiente y, sin el cuidado del hombre,
el melojo vuelve a recuperar su terreno.
Los pinares de repoblación se reconocen
por la presencia ocasional de algún melojo y por el helecho de águila, que es
habitual en los melojares, pero no en los pinares naturales.
El pinar con enebro rastrero tiene un
importante papel colonizador, se da en terrenos con fuertes pendientes y
contribuye a fijar el suelo, pudiendo colonizar zonas pedregosas.
PIORNALES
El piornal, de forma natural, se sitúa
por encima del pinar.
Las principales especies que lo forman
son el piorno serrano (Cytisus oromediterraneus /Cytisus purgans), el enebro rastrero
(Juniperus nana) y en zonas de
vaguada con suelos encharcados el cervuno (Nardus
stricta).
El piorno es una planta papilionácea o
leguminosa arbustiva que puede alcanzar hasta 1 m. de altura, tiene porte
redondeado, con todas las ramas aproximadamente de la misma altura.
Las
hojas se caen al poco de salir. Los
tallos son verdes y en ellos se realiza la función clorofílica.
Las
flores son amarillas y muy
abundantes, por lo que la floración es muy llamativa. El fruto es una legumbre alargada y aplastada, vellosa en ambas caras.
El enebro rastrero (Juniperus nana) forma matas tendidas, ramificadas desde la
base, de 2-3 m. de diámetro. Las hojas
son perennes, aciculares, con 1 banda blanca de estomas. No tiene propiamente flores, los órganos masculinos y
femeninos forman conos. Los
masculinos son conos o piñitas amarillentas que contienen los sacos de polen;
los órganos femeninos son conos globulares (gálbulo) formados por 3 escamas
soldadas, cuando se transforman en el fruto, este es de consistencia carnosa y
color rojizo, que se vuelve negro/azulado al madurar.
Tanto el
piorno como el enebro rastrero son plantas achaparradas. Estas son las que
mejor soportan el peso de la nieve, que puede durar varios meses, así como los
fuertes vientos de la alta montaña que, por su propia fuerza y la acción
abrasiva de los granos de arena y cristales de hielo que transportan, impiden
el desarrollo de plantas de porte erguido.
CERVUNALES
En
zonas de vaguada con suelos encharcados y prolongada cobertura invernal de
nieve se desarrolla el cervunal, pastizal de cervuno, Nardus stricta, planta gramínea muy
resistente a los fríos intensos y a la nieve. Alcanza entre 3 y 8 cm. de alto; sus
hojas son finas, largas y sedosas, de 0,5 mm. de ancho; florece entre mayo y
agosto, generando una espiga. Los cervunales son zonas de pasto en las que
tradicionalmente se ha dado una explotación ganadera (ganado vacuno).
PISO CRIOROMEDITERRÁNEO
CÉSPEDES CRIOROMEDITERRÁNEOS
Vistas desde lejos las más altas
cumbres parecen estar desnudas de vegetación, pero no es así, están cubiertas
de un denso pastizal de gramíneas vivaces.
A
esta altitud las plantas están determinadas por la acción del viento, que
dificulta su desarrollo. Además, deben soportar fuertes oscilaciones térmicas:
durante el día han podido recibir una fuerte insolación y de noche puede haber
heladas. Las condiciones son especialmente duras en laderas y cimas muy
azotadas por las ventiscas, donde no se acumula la nieve y falta el manto
protector que esta proporciona y bajo el cual las condiciones climáticas se
mantienen constantes y son menos rigurosas.
Destaca
la festuca (Festuca indigesta), gramínea vivaz de unos 20 cm. de alto y con
haces de hojas basales estrechas, lineales, rígidas, duras y de menos de 1 mm.
de ancho. La inflorescencia es una panícula compuesta por numerosas
espiguillas, cada una con 5-7 flores. Su nombre alude a que constituye un pasto
poco adecuado para el ganado y de escaso valor nutritivo. La festuca se
encuentra también en el piso de los piornales y pinares, en las zonas más
expuestas a los vientos o en los claros abiertos.
(VIVAZ: término que se aplica a las plantas herbáceas que viven más de 2 años; durante la estación desfavorable pierden su parte aérea, pero conservan órganos subterráneos o a ras de suelo y rebrotan en primavera).
ALGUNAS PLANTAS HERBÁCEAS FÁCILMENTE
IDENTIFICABLES DE LA SIERRA DE GUADARRAMA
CASCAJERO CARNICER, José Ignacio
& VIRUMBRALES JARO, Beatriz. (2020): Guía
de plantas de la Sierra de Guadarrama. Ediciones La Librería. Madrid.
FERRERAS, Casildo & AROZENA,
María Eugenia. (1987): Los bosques. Guía
Física de España. Alianza Editorial. Madrid.
IZCO, Jesús. (1984): Madrid verde. Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación. Comunidad de Madrid.
LÓPEZ GONZÁLEZ, Ginés. (1993): La guía de Incafo de los árboles y arbustos
de la Península Ibérica. Incafo. Madrid.
RIVAS-MARTÍNEZ, Salvador. (1982): Memoria del mapa de las series de vegetación
de la provincia de Madrid. Diputación de Madrid. Servicio Forestal, del
Medio Ambiente y Contra Incendios. Madrid.
RIVAS-MARTÍNEZ, Salvador (y otros).
(1987): Memoria del mapa de series de
vegetación de España. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
ICONA. Madrid.
RIVAS-MARTÍNEZ, Salvador (y otros).
(1987): La vegetación de España. Universidad
de Alcalá de Henares. Servicio de publicaciones. Alcalá de Henares.
SÁNCHEZ CRESPO, Ángel & PÉREZ
GARCÍA, Isabel. (2013): Guía de campo de
la Sierra de Guadarrama. Ediciones La Librería. Madrid.
https://www.miteco.gob.es/es/red-parques-nacionales/nuestros-parques/guadarrama
http://www.plantasyhongos.es/herbarium
https://www.arbolesibericos.es
https://www.guadarramistas.com
PROCEDENCIA DE LAS FOTOGRAFÍAS
De Internet y de la autora.
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